Coronavirus. La carrera de obstáculos que a diario busca sortear la agroindustria

Problemas para que circulen los camiones con sus granos, temor a que las máquinas que se desplazan no puedan seguir su curso, inconvenientes para conseguir repuestos en plena cosecha, pymes lácteas a las que les cuesta mantener su ritmo de trabajo, millones de pesos que no ingresan a algunos sectores ante la falta de operatoria bancaria y que pone presión sobre el adecuado abastecimiento de ciertos productos.

Con la cuarentena por el coronavirus, esos son algunos de los problemas que persisten en la agroindustria, según referentes de distintos sectores a los que consultó LA NACION. Las restricciones a la circulación que persisten en unos 70 municipios, por ejemplo, ralentizó el ingreso de los camiones a los puertos cerealeros y la liquidación de divisas de los exportadores ya se resintió un 6,9% en marzo pasado (se ubicó en US$1064 millones) versus igual mes de 2019 .
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Ayer, la Mesa de Enlace mantuvo con el ministro de Agricultura, Luis Basterra, un encuentro por videoconferencia y, entre otros temas, se analizó la situación en torno del movimiento de personas y productos del sector . Vale recordar que las actividades agropecuarias quedaron exceptuadas del cumplimiento de la cuarentena.

En plena cosecha de soja, en el caso de los contratistas que brindan el servicio de recolección, Jorge Scoppa, presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma), sostuvo que al margen de que quienes trabajan en el sector se movilizan con una carta expedida por la entidad, hay comunas que se manejan con su propio permiso para circular y esto se termina convirtiendo en una situación engorrosa para la cadena productiva. Por lo tanto, solicitó que dentro de las excepciones se especifique que la maquinaria agrícola forma parte de las actividades consideradas esenciales.

«Necesitamos un permiso único para los contratistas para que puedan movilizar la maquinaria sin los problemas que se ocasionan en los límites de las provincias. Estamos al principio de la cosecha y si esto no cambia puede haber problemas. Hay camiones de traslado que no quieren cargar las máquinas por temor a las demoras y si la máquina está parada hay pérdidas. Tenemos cosecha que levantar en la zona núcleo y si se demora se puede arruinar», advirtió.

Matías de Velazco, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), indicó que los principales problemas que tienen casi todos los sectores agropecuarios responden a «desprolijidades» con las que se hizo la excepción de la cuarentena, pero que con el pasar de los días en algunos rubros la situación se ha venido corrigiendo. Destacó que lo más grave, en este momento, es la falta de operatoria de parte de las actividades bancarias.

En ese sentido, Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), remarcó que los molinos están corriendo con el problema de los pagos de los clientes de las panaderías del interior. Precisó que al verse trabado el sistema de cobros esto imposibilita el abastecimiento adecuado de harina en las panaderías.

La falta de pago a los molinos está demorando la producción y eso genera problemas para mantener el abastecimiento de unas 35.000 panaderías en el interior del país. «Nuestro cobro es muy personal. El 60% de la producción va a parar a las panaderías y el 70% de esos locales no tienen cuenta bancaria, por ende, no pueden hacerles transferencias a los molinos y se manejan con depósitos», dijo Cifarelli.

Son aproximadamente $500 millones diarios lo que no está pudiendo cobrar la industria molinera por la imposibilidad que tienen los panaderos para realizar depósitos en ventanillas. «Los bancos tienen que ser parte de la actividad esencial porque puede hacer fracasar a toda la cadena de abastecimiento. Que haya una ventanilla o un horario especial para que los clientes que tienen que pagar la boleta a los molinos lo hagan sin problemas», pidió el dirigente de la FAIM.

Matías Peluffo, presidente de la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba), dijo que hasta el momento la producción y recolección de leche continúa sin mayores problemas. Pero graficó: «Las pymes lácteas, orientadas a la producción de mozzarella y quesos más blandos, están empezando a pedirle a los productores que no les entreguen tanta leche porque no están pudiendo mantener el ritmo de producción. Esa leche está yendo a empresas más grandes como la Serenísima y la Paulina, que están recibiendo la leche que antes iba a esas pymes».

Andrea Paserini, productora tambera de Carlos Casares, dijo que en la zona han adoptado medidas de protección para la actividad, asumiendo que eventualmente aparezca algún caso sospechoso de la enfermedad. «Se tiene que aislar y testear automáticamente hasta no saber si es o no positivo. Los trabajadores se alternan preventivamente en dos grupos durante ocho días. En ese tiempo, un grupo ordeña y el otro hace tareas generales. Así garantizamos la continuidad del ordeñe y la salud de todos», dijo.

En cuanto al sector avícola, Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), destacó que aunque la actividad está funcionando bastante bien y que no hay peligro de desabastecimiento, los pedidos de reposición de productos fueron bajando. «Los clientes que te pedían hasta tres camiones de productos hoy (por ayer) pidieron solo un camión», ejemplificó.

Además, agregó que si bien no tienen problemas para la distribución de los productos, los conductores sí tienen problemas cuando regresan con los camiones vacíos. De todos modos, insistió que, en general, «hemos venido funcionado bastante bien».

«Los primeros días había bastante problemas con la ansiedad de la gente y las cosas se complicaban. Incluso, en algunos lugares no llegaban los productos y se presentaban demoras, pero se fueron resolviendo todos los problemas de logística», precisó.

Por el cierre de límites provinciales, muchos productores que tienen campos en otras jurisdicciones o los alquilan están con problemas para movilizarse aún cuando su actividad está exceptuada de la cuarentena. «El feudalismo de San Luis atenta contra el federalismo y la producción», se quejó en un comunicado la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), con sede en Córdoba, sobre restricciones que impuso San Luis. Javier Rotondo, presidente de Cartez y de la Sociedad Rural de Río Cuarto, señaló sobre San Luis que «la situación es desastrosa; es un blindaje provincial. Hay actividades de tambo, de feedlot, de soja, todo parado» .

En el norte, Los productores todavía tienen problemas para poder cruzar de una provincia a la otra. Así lo confirmó Roberto Palomo, vicepresidente de la Asociación Civil de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor).

«En la localidad de Los Altos, punto límite entre Tucumán y Catamarca, no quieren dejar pasar a los productores tucumanos que necesitan trabajar en esa provincia. Los habitantes de ese sitio han hecho una barricada para detener el ingreso de aquellos productores que tienen que cruzar a buscar su producción. La policía hace descargar los productos, ya sea verduras o lácteos, 500 metros antes de llegar al pueblo y les piden a los comerciantes ir a buscar su pedido a ese sitio, previamente desinfectado para que los productores no ingresen al pueblo», dijo Palomo.

Una de las soluciones que les planteó el Ministerio de Producción de esa provincia fue que cuando los controles policiales excedan sus rutinas se contacten inmediatamente para liberar la carga y se deje circular a los productores. «Hay dos entradas más a Catamarca, pero tampoco los dejan pasar», afirmó.

Como se mencionó, hay municipios que tienen restricciones de circulación que imposibilitan el tránsito adecuado de los camiones a los puertos cerealeros del Gran Rosario. «Hay 70 municipios que por decisiones gremiales no quieren que ingresen camiones de otros municipios, pero estamos trabajando en eso», expresó Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro Exportador de Cereales (Ciara-Cec).

Mientras se busca normalizar la circulación por las rutas, se ve mayor actividad en los puertos. «Se ha visto una mejora sustancial en la zona de los puertos. El SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos) volvió a normalizar la situación de los amarres en los puertos. Ahora vemos un flujo normal para (cargar) harina de soja, soja (poroto) y biodiésel», afirmó.

Desde el sector forestal también piden ser escuchados por su situación. La Asociación Forestal Argentina (AFOA), a través de la directora ejecutiva Claudia Peirano, solicitó que se incluya al sector dentro de las actividades esenciales por encontrarse dentro del rubro agropecuario. «Estamos teniendo pedidos específicos de sectores del agro como cajones para mercaderías, postes de luz y hay demanda de quienes producen ataúdes y camas de hospital y no podemos abastecer por no encontrarnos dentro del decreto de excepción», señaló.

En este momento también aducen faltantes de chips de maderas para abastecer a las empresas de yerba y te. «No hay información clara de que nuestro rubro está exceptuado. Se debería especificar mejor en qué lugares estamos todos porque en este momento si los productores trabajan corren el riesgo de que les levanten multas, sumarios y entonces ahí tenés todo el cuerpo legal encima», concluyó.

Por: Belkis Martínez