Marzo y abril corroboran una tendencia hacia la caída en la exportación de harina de trigo. En el arranque del año, 61.068 toneladas enviadas el volumen era casi idéntico al de 2019. Incluso en febrero hubo un repunte de 7% y se alcanzaron las 54.456 toneladas. Pero marzo ya marcó una caída de 10% interanual y abril siguió en la tendencia con un retroceso de 11 por ciento.
El acumulado de 203.916 toneladas significa una caída de 4% respecto del año pasado. Observando el gráfico adjunto, se percibe que las exportaciones de abril son las más bajas de los últimos cuatro años. Respecto de 2018, cuando se exportaron 60.290 toneladas, la caída de abril es del 22 por ciento.
En lo que respecta a los destinos, se observa una fuerte caída de Brasil como importador, que arrancó el año con volúmenes en torno a las 28.000 toneladas y llegó a abril con 10.500 toneladas, mientras que Bolivia sostuvo un nivel mensual en torno a las 30.000 toneladas en el primer cuatrimestre. En este sentido se puede señalar que, posiblemente, tanto la situación derivada de la pandemia en Brasil, como la macroeconomía (devaluación del real) hayan impactado negativamente sobre la molinería argentina.
Lo concreto es que contra 117.550 toneladas adquiridas por Bolivia, Brasil apenas suma 78.000 en el primer cuatrimestre. Habrá que ver cómo se acomodan los números de mayo y lo que va de junio, es decir si es esperable una recuperación de las ventas a Brasil o si, por el contrario, la tendencia de marzo y abril se prolongará.
Fuente: RIA Consultores