Agregar valor en Argentina. ¿Se puede? ¿Qué nos limita?

En el Seminario anual de 2019 de la Fundación Producir Conservando decíamos que el 80% de la producción mundial de soja y el 40% de los granos forrajeros se producían en USA, Brasil y Argentina y que el gran desafío que teníamos en nuestro país era el lograr agregar más valor a esas dos producciones de materias primas. Entre otras alternativas, para agregar valor en maíz y soja tenemos oportunidad con la producción de carnes. Así comienza la descripción del trabajo del Ing. Gustavo Oliverio, Asesor y Coordinador de Proyectos en FPC.

En el cuadro adjunto podemos ver claramente cómo -mientras en Argentina se produjeron en 2018 un total de 5,6 millones de Tn de Carne, de las que solo se exportó un 13%- en Brasil la producción total fue de 27,8 mill de Tn, con un 24% destinado a exportaciones y en USA 43,2 millones de Tn de producción y de ellas un 17% que fue a exportaciones.

Está claro que Brasil y USA producen entre 5 y 8 veces más carnes que Argentina y en parte es por el elevado consumo interno que tienen. Tomando valores actuales, que han mejorado respecto a los presentados por el USDA en el 2018, Argentina muestra un Mercado Interno ya cubierto plenamente, (con un consumo total de carnes de entre 110 y 120 Kg/Hab/Año) lo que implica que crecimientos productivos en los próximos años estarán fundamentalmente orientados a la exportación.

Si tomamos en cuenta las proyecciones de consumo de Carnes a nivel Global (R.Brown. Dir. GIRA), la carne de pollo crecerá de 130 a 140 millones de Tn entre 2020 y 2024, la carne Porcina crecerá también de 87 a 109 millones de Tn y la carne vacuna quedará estable en 70 millones de Tn en el mismo período.

Datos publicados recientemente muestran un crecimiento de las importaciones de carne en China, producto fundamentalmente de la influencia el brote de Peste Porcina Africana, para los primeros 5 meses del 2020 Vs. 2019 de un + 107% en carne porcina, 44% en carne vacuna y 87% en carne de pollo. No solo es China influyendo en la demanda mundial de carnes, se suman a ella Japón, Vietnam y otros países emergentes que han incrementado sus consumos notablemente en los últimos años.

Un dato que es importante remarcar es que en la Producción Avícola y en Carne Porcina el componente más importante de los costos de producción es la Alimentación y la misma se centra en un 90% como mínimo, en el costo de Maíz y Soja.

En USA, donde se producen 30 millones de Tn de Pollo y Cerdo y en Brasil con una producción total de 17 millones de Tn, los costos de Alimentación para producir una Tn de Maíz o Soja son mucho más caros que en Argentina. Veamos el cuadro adjunto.

Del mismo surge que Brasil es quien tiene el mayor costo por Tn, seguido por USA y en Argentina el costo promedio por Tn de Maíz y Soja producida es un 50% menor a los de sus dos competidores, lo que nos debería dar una diferencia de competitividad realmente importante producir carne de cerdo y pollos en Argentina.

Si el costo de alimentación es un tema clave en estas actividades, ¿por qué Argentina no produce mucha mayor cantidad de Pollo y Cerdo?

Los costos que sacan muchas veces a la Argentina de su competitividad natural son los que llamamos ¨el costo Argentino¨ y que para estos productos es:

la enorme presión fiscal existente

la evasión y competencia desleal que se genera y limita el crecimiento de quienes están en blanco

la variación permanente en la política cambiaria

los distintos niveles de exigencia de estándares sanitarios para mercado interno y exportación

los sobre costos laborales y/o sindicales que generan baja productividad del trabajo

el costo de las burocracias a nivel Nacional, Provincial y Municipal (tasas de higiene, servicios aduaneros y sanitarios etc..) que son quienes autorizan la comercialización y venta interna y de productos exportables.

El mismo razonamiento deberíamos hacer para producción de carne vacuna y para productos lácteos, aunque la participación del componente granos de Maíz y Soja o sus derivados industriales en la ración promedio total, es mucho menor que el antes comentado. Aún así en el cuadro adjunto puede observarse el detalle del consumo total para 2018 de Maíz y Soja como componentes de la alimentación para carnes, lácteos y como harinas y granos para industrias. Los datos muestran un consumo total de 17,15 mill de Tn de Maíz, 40% de la producción de ese año y 3,7 mill de Tn de Soja que representa solo el 7% de la producción.

En el mismo trabajo se plantea la proyección de consumos estimada a 2027 que se eleva a 26 mill de Tn de Maíz y 5,3 mill de Tn de Soja. Este mayor consumo contempla un aumento fuerte de la producción de carnes (vacuna, porcina y aviar), lácteos y etanol.

Todos los aumentos planteados por la FPC en 2019 y que pueden consultarse en los trabajos en la web de la FPC, siguen mostrando que llegaríamos a agregar valor a aproximadamente el 50% de la producción de Maíz y solo el 8/10% de la producción de Soja, por lo que queda un margen de crecimiento enorme aún para seguir agregando valor.

La pregunta de fondo es: QUE NOS LIMITA HACERLO?, ya que somos el país con el costo de producción más competitivo del mundo seguramente y podríamos continuar aumentando la producción por encima de los valores propuestos en el 2019.

Las limitaciones para agregar valor en la Argentina de los últimos años tienen que ver más con temas estructurales, que con los costos directos de producción, tanto en carnes como lácteos, etanol etc.

Limitaciones estructurales que tienen que ver con generar confianza para atraer las inversiones necesarias que aseguren una mayor industrialización y agregado de valor. Esas limitaciones tienen que ver con:

El logro de un marco político estable, que respete las instituciones, la división de poderes y promueva el desarrollo y crecimiento de la economía.

Seguridad jurídica en todos los aspectos que garanticen la continuidad de las reglas del juego.

El logro de una Macro Economía estable que promueva reglas claras para quienes invierten en el País.

Equidad y estabilidad en las reglas fiscales y laborales, que se cumplan en todos los eslabones de las cadenas y que generen crecimiento de nuevos empleos formales.

Adecuados estándares Sanitarios, tanto para el mercado interno como para la exportación, de efectivo cumplimiento de las cadenas involucradas.

Infraestructura básica (red caminera, energía, comunicaciones, etc) que permita ser competitivos en los procesos de agregado de valor en todo el País.

Apertura de nuevos mercados internacionales que aseguren una demanda diversificada y continua de los productos para exportación y que, a través de acuerdos comerciales, nos permitan bajar los aranceles actuales y ser competitivos para crecer en dichos mercados.

Dar muestras claras del inicio de un trabajo serio para resolver estas limitantes es el paso inicial para intentar generar confianza en el país y comenzar a transitar el camino de nuevas Inversiones, generación de empleo y crecimiento genuino de la economía.

Fuente: Campo en Acción