Afirman que las condiciones de la campaña favorecerán la fertilización del maíz

Como esos equipos que terminan una temporada siendo campeones de todo, pero cuando suena el silbato de comienzo de la próxima temporada tienen que ser protagonistas de nuevo, así está el maíz en Argentina, que viene de batir récords (para la Secretaría de Agricultura se cosecharon 60,5 Mt, para otros entre 48 y 50,5 Mt) pero está llamado a ser protagonista también en 2021/22.

En este contexto, Fertilizar Asociación Civil organizó un encuentro en el que pusieron bajo la lupa el potencial del maíz para esta campaña, en la que si bien se avizoran problemas por falta de agua (año Niña, aunque habrá que ver en qué zonas impacta más), la fertilización tiene una buena relación insumo-producto en general y siempre una buena estrategia nutricional permite alcanzar mejores potenciales de rendimiento.

“Para nosotros será el gran protagonista de esta campaña y tenemos muchas expectativas puestas en él”, abrió el juego María Fernanda González Sanjuan, gerenta ejecutiva de Fertilizar. Y agregó: “ Además, recordó que los últimos 20 años casi se ha triplicado la producción maicera “a partir de la conjunción de varios factores, algunos genéticos y otros de manejo, en donde juega un rol interesante el paquete nutricional”. “Cuando cruzamos el crecimiento productivo desde 2002/03 hasta hoy con el consumo de fertilizantes en maíz vemos que hubo un crecimiento y un piso que no se quebró ni en años de sequías fuertes”, dijo González Sanjuan.

La gerenta de Fertilizar ponderó el crecimiento en el área de maíz fertilizada, que pasó del 77% en 2015 al 86% en 2020. También aumentó la dosis de uso, pues hoy hay casi 60 kilos por hectárea más que en 2015 (186 a 242 kg/ha). Ahora bien, ¿es suficiente? “Pensando en que la reposición de nutrientes en maíz la última campaña fue 57% podemos decir que es mejor que en otros años, pero no es óptima”, apuntó González Sanjuan. Y agregó: “Desde 2008 a 2020 el consumo de fertilizante creció 1,8 Mt (casi un 80% de incremento) pero la reposición no mejoró, entonces, cuando miramos el suelo, nos damos cuenta que hay una deuda pendiente, pero de esa falencia surge una oportunidad, porque hay que mirar allí para acortar la brecha camino hacia los rendimientos potenciales”.

Francisco Llambías, el presidente de Fertilizar, ofreció algunos datos duros respecto de la presente campaña. “Los últimos años se ha afianzado el maíz como la actividad agrícola que mejor rentabilidad aporta a los productores”, disparó. Y cuantificó: “Comparando maíz, soja y trigo/soja, este es un año fantástico en rentabilidad para el maíz que tiene un margen bruto de 568 dólares por hectárea (USD/ha) -había sido de 336 en 2020, 397 en 2019 y 462 en 2018-, cien más que la soja con 467 USD/ha y trigo/soja de segunda con 331. Llambías mostró que desde agosto de 2020 a 2021 el MB creció 70%.

Estrategias de fertilización

Andrés Grasso, coordinador técnico de Fertilizar, fue el encargado de apuntalar la cuestión técnica con las estrategias de fertilización. Como puntapié inicial, ponderó la necesidad de tener un buen diagnóstico que no sólo es hacer un análisis de suelo sino también conocer hasta dónde puede dar el sistema en su conjunto. Después viene la etapa de interpretación de todos los datos y la decisión de qué estrategia seguir.

“Debemos tener buenas prácticas de uso de fertilizantes y para ello, hay que sincronizar la oferta de nutrientes con la demanda que hace el cultivo trabajando sobre cuatro principios fundamentales: “Dosis de uso correcta, que no sólo es la cantidad sino también qué nutrientes que va a tener mi receta porque en Argentina generalmente fertilizamos con nitrógeno y fosforo que son los más deficitarios, pero es una parte de la película, cada vez tenemos más respuestas en distintas zonas a azufre y zinc”, dijo Grasso.

Las otras tres cuestiones a tener en cuenta son: el momento correcto, “más en un año en el que pareciera que va a faltar un poco de agua”; el lugar correcto; y, por último, definir la fuente correcta.

Advirtió que en años como el que parece que se avecina, en el que va a faltar un poco de agua, se puede atrasar la fecha de siembra, pero “ojo”, porque “cada día que se atrasa se pierde potencial, por eso hay que balancear”.

Luego se refirió a los cuatro nutrientes que marcan el ritmo del rendimiento potencial de maíz: nitrógeno, fósforo, azufre y zinc. “En nitrógeno estén atentos con la dosis dividida si atrasan la fecha de siembra, porque a diferencia de la conveniencia de esta práctica en las fechas tempranas, cuando uno va a tardío, es recomendable hacer toda la aplicación a la siembra”, dijo Grasso.

Respecto del fósforo, mostró que el 70% de la superficie agrícola está en niveles deficitarios de fósforo. “La recomendación es cubrir la demanda del cultivo, la dosis es 130 kg/ha de fertilizante fosfatado a la siembra para lograr potenciales altos”, dijo.

Finalmente, un capítulo para los olvidados, azufre y zinc. “Son de gran importancia en los lugares donde se detecta un faltante y tienen buenas respuestas”, apuntaló.

Como cierre, mostró lo que están haciendo desde Fertilizar, en 7 localidades, las últimas 5 campañas con 17 ensayos. “Desafiamos la fertilización que hacen los productores en cada zona, que, a ellos, ya fertilizando les permite obtener un 20% más del rendimiento de los testigos sin fertilizar, pero también vemos que todavía se están perdiendo un 20% más de maíz con el manejo que les proponemos, yendo por más, esto es 1700 kg/ha”, apuntó. “Los escenarios de mejora que se pueden lograr son importantes”, cerró Grasso.

Campaña desde el lote

“La agronomía se ha tornado igual que la medicina”, disparó como concepto general inicial el asesor Luis Verri. Y se explayó: “Un clínico estudia 6 años y luego tiene que especializarse, en agronomía nos pasa igual, nos hemos ido especializando, los sistemas son complejos, se integran un montón de variables, y es difícil saber mucho de todo, lo más importante es transformar todos los datos en información de valor para mejorar año tras año”.

En este sentido, y para cuantificar qué datos o información son más importantes y sobre qué teclas tocar para lograr le mejor música, Verri contó que cuando hace unos años se pusieron a analizar esas variables, el clima tenía un impacto del 50% en el rendimiento del maíz (eso era en 2004). Hoy, el clima sólo detenta el 33%. “El resto son variables sobre las que podemos influir y actuar, porque el maíz tiene de bueno y de malo que es muy insumo dependiente, por lo tanto, sabemos que, si hacemos todas las cosas bien, tenemos grandes chances de tener éxito”, apuntó Verri.

En lo que respecta a la nutrición, además de hablar del nitrógeno y la necesidad de determinar fehacientemente la dosis óptima agronómica y económica, se refirió al fósforo. “Hay sitios, sobre todo en ambientes frágiles que han pasado de 25 a 5 partes por millón (ppm) en 10 años, es una locura, lo bueno es que, así como se degradan rápido también se recuperan rápido”, dijo Verri. Y recomendó: “A todos los que están en campos alquilados, y piensan que no vale la pena, les digo que cuando el campo no tiene fósforo hay que fertilizar con fósforo, sí o sí, y cada gramo que pongamos se lo lleva el cultivo, al campo y al dueño no le queda nada”.

Para Verri, “la fertilización es una de las tecnologías más rentables de la agricultura”. “Mucho se escudan en que los fertilizantes han aumentado, pero hoy el precio del maíz es bueno, es un año con una relación sumamente positiva para fertilizar”, dijo Verri.

En lo que respecta al clima, el asesor manifestó puso en duda los efectos negativos de la posible Niña. “Hay que ver por zona, pero, además, no hay mejor herramienta para pelearle a la falta de agua que una buena fertilización para promover el desarrollo radicular”, dijo Verri.

El asesor compartió las respuestas promedio que han encontrado a la aplicación variable de insumos: variando densidad se obtienen alrededor de 835 kg/ha más de maíz; variando fósforo 728 kg; nitrógeno 1284 kg; azufre con napa 390 kg y sin napa 793; y zinc 540 kg/ha. “La mayoría de los campos de Argentina son deficitarios en zinc y es muy fácil fertilizar con él, si falta hay que ponerlo”, dijo Verri.

Como cierre, como concepto general, compartió que una fertilización balanceada y con criterio agronómico permite estabilizar los rendimientos y hacer un mejor aprovechamiento de cada milímetro precipitado.

Fuente: Clarín